PERSONALIDADES SOCIOPÁTICAS QUE TRIUMFAN
Seguramente con solo decir esto viene a la mente nombres de personajes
famosos que han tenido o tienen éxito en cualquier campo del hacer humano y que
todos sabemos que son unos sociópatas redomados.
1.- Políticos. Sin mencionar a los dictadores y tiranos, hay políticos
actuales que tienen un perfil sociopático. Son personas que desean el poder por
el puro placer de ejercerlo y que se desarrollan en el campo de la política a
través de la demagogia o del populismo más seductor (de puertas al público) y
son “malos” de puertas adentro. Escaladores, tejedores de entresijos y
traiciones. No se les conoce compasión ni humanidad alguna. Generalmente
muestran su verdadera personalidad con sus allegados y familiares.
2.- Empresarios. Aquí es donde más se expone dicha personalidad. Hablamos
de los conocidos tiburones que priorizan por encima de todo la ostentación del
poder y a los que les apasiona la servidumbre de los demás. Muchas veces se
enzarzan en verdaderas guerras de intimidación, chantaje y corrupción. Son
despiadados y duros con los demás. Su desconocimiento del sentir estimación les
permite ser unos muy buenos empresarios ya que como todos sabemos el dinero no
entiende de amor.
3.- Profesionales de los medios de comunicación de masas. Al igual que pasa
con los políticos, el perfil más típico es del narcicismo, pero existen
sociopatillas bien conocidos en presentadores de programas de gran consumo.
Recordemos sin ir más lejos el caso de aquel presentador que fabricaba él mismo
los asesinatos para poder ser el primero en publicarlos.
4.- Otras profesiones y expresiones sociales. En todos los campos
encontraremos personalidades sociopáticas cuyo objetivo es el poder y que son
incapaces de sentir afecto por los demás por encima de su afán de poder.
Cirujanos plásticos y otros médicos a los que no les importa lo que les ocurra
a sus pacientes, mecánicos que no se preocupan por la seguridad de sus
clientes, curas que tienen su feudo establecido a los que la doctrina que
siguen e imparten no se adecua en nada con sus verdaderos sentimientos y
objetivos.
La pregunta que uno se formula inmediatamente es que si por definición no
hay trastorno mental si no hay problemas graves en las áreas individual,
familiar, social, formativo-laboral o legal, a dichos personajes no se les
puede denominar sociópatas. Ello es cierto pero donde se produce el error es
que sí que tienen problemas en alguno de los campos mencionados; sin duda en su
biografía encontraremos estos conflictos: maltrato a la familia, corrupción,
estafa, crímenes, conflictos con la ley (por conducir ebrio, por ejemplo),
maltrato a sus empleados, abuso de drogas, juego o alcohol, peleas, etc.
Lo que ocurre es que lo llevan tan escondido como pueden y usan el poder
para limpiar su imagen pero, los hechos están ahí.
El poder es muy atractivo para algunas personas porqué les transmite
seguridad y satisfacción. De esta afirmación se deduce fácilmente que en el
fondo son personas con un alto nivel de inseguridad que han sublimado a través
del dominio al otr@.
A mí, personalmente me ha funcionado muy bien la técnica que ahora os
presentaré. Por mi ocupación me he encontrado con muchos sociópatas. Son
manipuladores a más no poder y siempre hay una nota de amenaza en sus
discursos. A veces los intentos son solo verbales pero otras, las amenazas
suenan a físicas aunque no tienen porque ser directas (p.ej: te cuentan que
llevan un cuchillo y luego te piden pastillas y luego te dicen que se pueden
poner muy nerviosos o que el otro día acuchillaron a alguien porque interfería
en sus deseos y necesidades). Siempre que he notado miedo de alguien se lo he
dicho simplemente así: “mira, si me sigues amenazando me pones muy nervioso ya
que me das miedo y si me das miedo yo no puedo trabajar ni ayudarte”. Ello
nunca me ha fallado. Ello ejerce un efecto tranquilizador en el sociópata ya
que le estás dando su razón en parte pero te permite cambiar el nivel de
diálogo y relaja la situación.
El sociópata quiere que le respeten pero para ell@s el significado de
respeto se aviene más al concepto de que le temas que no al significado real
del término.
El sociópata se demuestra a sí mismo su valía al percibir miedo en los
demás. Y puede exigir obediencia simplemente por el hecho de que ello le da
seguridad.
Al sociópata no le interesan realmente el dinero y los bienes materiales o
la ostentación. Para él/ella es una manera de que los demás vean su poder y le
teman. Para ell@s las riquezas son un medio, no un fin.
Y acabo con la entrada y el tema de la sociopatía, dejándoos la definición
y características fundamentales del trastorno llamado “comportamiento o conducta antisocial del adulto” (S/. DSM-IV): “Esta
categoría puede usarse cuando el objeto de atención clínica es un
comportamiento antisocial del adulto que no se debe a un trastorno mental (p.
ej., trastorno disocial, trastorno antisocial de la personalidad, trastorno del
control de los impulsos). Los ejemplos incluyen el comportamiento de algunos
ladrones profesionales, chantajistas y traficantes de sustancias ilegales.” Es
decir, son personas que si bien en su infancia o adolescencia no se pudo emitir
el diagnóstico de Disociales porque no cumplían los criterios, la vida les ha
llevado a perfilar una personalidad antisocial, donde han aprendido que lo
afectivo no es bueno para sus intereses o sienten una visceralidad ante otros
grupos sociales o raciales (un ejemplo de ello serían los terroristas que
aunque dicen defender algo, su objetivo acaba siendo el sembrar el temor y el
miedo en los demás).
Un buen libro y película del mismo es el famoso film “La naranja mecánica”
que escribió Anthony Burgess en 1962 y llevó a la
pantalla Stanley
Kubrick en 1972. Aquí vemos un sociópata natural.
Otro ejemplo aunque transcurra en el mundo de fantasía de su protagonista
es American Psycho de Bret Easton Ellis (1991) y que llevó
a la pantalla Mary Harron en el 2000. Aquí vemos un sociópata con éxito social.
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